jueves, julio 14, 2011

Luego de que mi vida quedó marcada por la pérdida de un gran amigo mío, siempre dije “es mejor decir todo lo que haga falta en cualquier momento e intentar todo, a quedarse con las ganas de hacerlo o arrepentirse por no haberlo hecho”, tal vez esa es la forma en la que sabemos que hemos intentado o dicho todo en este mundo y que aún así no hay salida ni solución definitiva. Sólo habiendo agotado las posibilidades es que nos reconocemos en un desierto en el laberinto de la vida que nos lleva por los recovecos de la cuna a la tumba, siempre preocupados por la existencia y nunca por la “Vida”.


Hoy nuevamente me volví a encontrar con las arenas del desierto y solamente me queda seguir, ya no dando lugar a las ilusiones del oasis….

No hay comentarios.: