"Ha sido un instante en que el rayo luminoso ilumina a la vez los dos rostros de mi cabeza, cuando he visto que era esta criatura de dos cabezas - y por consiguiente, otro. Me he visto, como es el caso de "Jano' mover los dos labios de uno de los rostros, mientras que el otro permanecía inmóvil. Y este mundo indudablemente era "yo" El "otro" se libraba a largos y vanos esfuerzos para emitir un sonido, luchando para salir de un profundo sueño y pronunciar una palabra.
Finalmente los labios modelaron un aliento y exhalaron esta frase dirigida a mí:
"¡No ordenes! ¡No te creas capaz! Donde la razón pone orden, provoca una inversión de las causas primeras y prepara la destrucción. Lee y éjate guiar por la mano y no siembres estragos. Lee y déjate guiar por mí...""
Extracto del Libro: El Ángel de la ventana de occidente de Gustav Meyrink
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