Cuando leí el libro “Desemascaramiento” de Jan van Rijckenborgh, me llamo tanto la atención aquella tragedia del “Maligno” que se describe en este libro. Al leerla pensé que eso mismo rige a todos los hombres, desde el más dedicado a lo espiritual, hasta el opuesto a esto, ya que son del mismo árbol dual, con su matices que conocemos, tal como la guerra y la paz o la alegría y tristeza, que si no existiera su opuesto tal vez nunca hayamos podido conocer nada.
“… Esta es la tragedia del Maligno, descrita a través de los siglos por tanto pensadores, poetas y videntes:
“Te saludo, ¡oh Luz!
que penetras en mis dominios.
Te saludo, a Ti que labras los caminos
que yo combato con fervoroso odio.
Yo sé que Tuya es la victoria, Señor,
y aún así me rebelo contra Ti
Este es mi destino:
Hasta que muera, hasta mi última hora,
Te resisto a Ti, Señor…”
Extraído del libro “Desemascaramiento” de Jan van Rijckenborgh
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