sábado, marzo 16, 2013


Y estábamos en una reunión cuando un silencio absoluto se respiraba en el lugar… de pronto sólo se escucho: “tic-tac…” por un momento pensé en mi corazón, pero al levantar la cabeza ví aquel reloj, que era lo único que se escuchaba tan fuerte, como golpe de martillo. De pronto se inició la conversación, sobre aquel sonido, que al parecer todos los presentes lo sintieron igual.
Quedó la pregunta: ¿Por qué el “tic-tac” es lo único que escuchamos en esta sala tan fuerte? ¿No es acaso la evidencia de que los segundos cuentan?
Sólo sé que me imaginé un corazón latiendo en esa pared, y que, mientras yo estuviera ahí o en cualquier parte, él no se detendría hasta que se acaben sus horas….


2 comentarios:

Antevasin dijo...

Ves, eran los latidos de mi corazón. Siempre estoy cerca. Una cosa está bien clara, los segundos cuentan. Hay que aprovecharlos todos en la vida. Me alegra verte otra vez escribiendo. Besillos.

Diego Belfort Burton dijo...

Pues si. Tu siempre estás conmigo.
Algo me pasó, las letras ya no fluyen...
Atento a las experiencias del día a día. Gracias por estar aquí. Recibe un gran cyber abrazo!