Siempre me pregunte si el desarrollo tecnológico podría estar muy cerca de la magia o relacionada a lo oculto. Y siempre que he tratado de seguir algún desarrollo, y, cada vez tengo mayores razones para pensar que en un futuro no muy lejano irán de la mano.
Aquí algunos ejemplos de ello:
Sin ir muy lejos, debemos recordar el nombre del LHC “Acelerador de partículas” que paso a llamarse “La máquina Dios”, ¿porqué? y, ¿en busca de qué?
Debemos recordar también que para definir a la tecnología se hizo uso de términos ocultos, por ejemplo: la “tele-patia” que es tener “una comunicación sin barreras”. Antiguamente muchos querían alcanzar la tele-patia, pero con el ingreso de la tele-visión, ya nadie busca nada, pero es tan común el uso de TV que nadie se pregunta sobre el nombre de esta misma.
Cuando llegaba a este tipo de conclusiones, me sorprendí que en las tres leyes de la tecnología ya lo afirmaban hace algunos años:
“Cuando un científico afirma que algo es posible, es casi seguro que tiene razón. Cuando afirma que algo es imposible, muy probablemente se equivoca.
La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, en lo imposible.
Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.”
Tres leyes de la tecnología de Arthur C. Clarke
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