Les presento un extracto del libro “La era de las máquinas espirituales” de Ray Kurzweil:
"Jamás se le había ocurrido al jugador que algún día se hallaría en este lugar. Pero, reflexionando, cayó en la cuenta de que en su época había dado muestras de bondad. Y este sitio era más hermoso y satisfactorio de lo que había imaginado. Por todas partes se veían arañas de cristal, las más bellas alfombras tejidas a mano, las comidas más refinadas y, claro que sí, las más hermosas mujeres, que parecían intrigadas con su nuevo compañero celestial. Probó suerte en la ruleta y, sorprendentemente, su número salió una y otra vez. Probó los juegos de mesa y la suerte no le fue menos favorable: ganó partida tras partida. En verdad, sus ganancias causaron gran impresión y excitación tanto en el personal, que tenía en él prendida la atención, como entre bellas mujeres.
Así siguió todo un día y otro día, una semana y otra semana. El jugador ganaba en todos los juegos y acumulaba más y más dinero. Todo se plegaba a su voluntad. Sólo ganaba. Y una semana tras otra, un mes tras otro, su racha de suerte se mantenía inquebrantable.
Al cabo de un tiempo la situación comenzó a resultar aburrida. El jugador empezó a sentir una cierta desazón, pues el hecho de ganar comenzaba a carecer de sentido. Pero nada cambió. Siguió ganando a todos los juegos hasta que un día, ya angustiado, se volvió al ángel que parecía encargado de su custodia y le dijo que no podía aguantar aquello. Después de todo, el cielo no era para él. Él se había creído destinado al “otro sitio”, y era allí adonde de verdad quería ir.
-Éste es el otro sitio – fue la respuesta."
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