En estos tiempos todo está dado para que no exista discernimiento de las cosas, y más aún un pensamiento-reflexión, que permita ver con objetividad las cosas, peor aún dar posibilidad al “Conocerse a sí mismo”, con muchos eventos del día a día y ni que decir de los acontecimiento mundiales, como la navidad, por ejemplo, que muchos creen que “Navidad es para estar en familia”, otros creen que es regalarse cosas, y en eso se desenvuelven casi todo el mes de diciembre, olvidando el valor esencial y real de la navidad, que no es más que lo mismo que en tiempos remotos, el festejo del nacimiento del “Hijo del Sol”, en el solsticio de invierno.
Por lo tanto, cada vez que llegan estas fiestas me pregunto:
¿Será que Dios mando a su único hijo al mundo paraqué un 25 de diciembre, cenemos a altas horas de la noche y nos felicitemos unos a otros?
¿Ese habrá sido el regalo de Dios a la Humanidad?
Por lo tanto si, siempre se ve el hilo del uso muy lamentable del nombre de Dios, siempre para hacer una reunión familiar, y en tiempos antiguos para matar y quemar a los herejes y todo en nombre del supuesto Dios.
Por eso siempre recuerdo:
El que mata a 1 (un) hombre, se le llama asesino, sin embargo el que mata a miles, se le llama: CONQUISTADOR.
Por eso siempre recuerdo:
El que mata a 1 (un) hombre, se le llama asesino, sin embargo el que mata a miles, se le llama: CONQUISTADOR.
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