Y estábamos en una reunión cuando un silencio absoluto se
respiraba en el lugar… de pronto sólo se escucho: “tic-tac…” por un momento
pensé en mi corazón, pero al levantar la cabeza ví aquel reloj, que era lo único
que se escuchaba tan fuerte, como golpe de martillo. De pronto se inició la
conversación, sobre aquel sonido, que al parecer todos los presentes lo
sintieron igual.
Quedó la pregunta: ¿Por qué el “tic-tac” es lo único que
escuchamos en esta sala tan fuerte? ¿No es acaso la evidencia de que los
segundos cuentan?
Sólo sé que me imaginé un corazón latiendo en esa pared, y que, mientras yo estuviera ahí o en cualquier parte, él no se detendría hasta que se acaben sus horas….